jueves, 27 de junio de 2013

Choque cultural: Cairo y el Islam

¡Hola amiguitos! Ya es hora de que se me vea el pelo, pero una vez leí a esto es para una que lo quiere así que alguien que bien le conoce dijo: "Tú sólo escribes cuando tienes algo que decir". Así que, me sumo a ello, porque me parece lógico y muy en mi línea.

Hoy mi cajón viene algo gastado y sucio de las calles de Cairo. Mi amiga Drew, que iba preciosa y feliz el día de su boda egipcia, me criticará que empiece por la suciedad cuando hay muchas más cosas que destacar y, tranquilos, lo haré pero he pasado toda la mañana quitando manchas cairotas de la ropa de la niña. Me cuesta no pensar en otra cosa.

Ah, sí. Fuimos a El Cairo con la pequeña de dos años. Todos a una: "¡Qué valientes!". Pues no es cuestión de valentía. Se portó como una campeona y disfrutó tanto de la experiencia como nosotros o tal vez más. Viene descolocada, claro, pero yo también y si no veréis...


¿No véis lo feliz que está? :)


Pensaba hacer una especie de crónica, pero la verdad es que hemos vivido tantas cosas que no sabría por donde empezar... Así que, he decidido empezar por lo que he aprendido. Mejor dicho, por lo que me ha enseñado Cairo.

Efectivamente, para mí fue un verdadero choque cultural conocer el Islam en un país donde la religión está tan presente. Yo iba a ver a mi amiga, asistir a su boda, emocionarme hasta la médula y ver pirámides, impregnarme de la historia de los faraones... y resulta que me vine con algo radicalmente distinto para reflexionar. Lo demás también se ha cumplido, pero me llevé una sorpresa.

Creo que la primera vez que comprendí que ese viaje iba a aportarme algo muy diferente de lo esperado fue a las 4,30 horas de la madrugada del domingo 16 de junio. A esa hora, la del rezo, me despertó una voz profunda y solemne, única en la madrugada de una ciudad que no duerme. Tumbada junto a mi hija, noté como me emocionaba escuchar por primera vez en mi vida el rezo islámico. Sí, no entendía ni papa, pero mi piel se erizó. También he de decir que no volvió a despertarme ninguna noche más. El cansancio pudo con la emoción.

A raíz de eso, sólo necesitaba comprender algunas de los prejuicios que nos siembran y que enraízan. Así que me pasé haciendo preguntas sobre el Islam, sobre el día a día de sus creyentes, las interpretaciones, lo que está bien o no como buen musulmán, cómo viven el Ramadán, por qué las mujeres aceptan determinados roles... Así que Drew y su marido Tarek (¡gracias chicos!), se encargaron de golpearme con la realidad de una cultura que desconocía. De la que por supuesto no estoy de acuerdo en multitud de cosas. Por ejemplo, soy bastante inflexible con el rol de la mujer a pesar de que me explicaron por activa y pasiva que la mayoría de ellas están conformes y apoyan esa forma de vida. Y también a pesar de conocer a Y. una mujer con más recursos y más independiente que muchas de las que yo conozco, incluida yo, por supuesto. Y. lleva velo y, por lo que intuyo, cumple con todos los preceptos. Pero además es una mujer hecha de amor, un amor que desprende para todos, es madre de dos hijos y me gustaría que la hubieseis visto desenvolverse tan sólo 10 minutos. Esa mujer es una heroína.

En "la gran boda egipcia" comprobamos lo bien que se lo pasan en las celebraciones. Oye, una esperaba menos fiesta por eso de que no hay alcohol, pero que va. Bailaron y disfrutaron, y nosotros con ellos. Ojalá me dieran permiso para poner el vídeo que grabamos. Era fascinante.

En la foto de este post, mi pequeña está con el imán de la mezquita más antigua de Cairo y con la mascota de su cole, que por si no habéis reparado en ello, es un cerdo (animal que no comen los musulmanes. "El cerdito infiel", lo hemos apodado). El imán pidió hacerse una foto con ella y no fue el único. Esta rubia triunfó como la Coca Cola: fotos, cucamonas, "¡Su nombre es árabe! No, es hebreo." ... Honestamente, no me he sentido mal en ningún momento. Sí extranjera, claro (para más inri iba con mi marido y mi hija rubios que parecen finlandeses). También algo molesta con las miradas de algunos hombres. Creo, y me arriesgo a poner en juego otro prejuicio, que esto está relacionado con su costumbre de estar por encima de las mujeres. Es decir, miro y acoso porque si no está con su marido o su padre, puede ser de mi propiedad. Huelga decir, que ni mucho menos es exclusivo de este país ni de esta cultura. No sé si mi explicación tiene sentido, pero exceptuando esto y el idioma (maldito inglés, ¡te dominaré!), no me he sentido extraña. Es más, en cierta ocasión, me sentí más extraña y rechazada en mi propio país que en Egipto.

Ya lo intuía, pero este baño de realidad frente al Islam me ha demostrado una vez más que nada es blanco o negro, que hay multitud de matices. Es impresionante comprobar como algunos musulmanes citan a Jesús o a María, o abren el Corán para enseñarte dónde son mencionados los personajes típicamente cristianos (también Noah), con la naturalidad con la que te presentan la gastronomía local. O que el imán de la mezquita reconozca "una invasión" islámica en la España medieval, sin mencionar que los cristianos expulsaron, persiguieron y mataron a ciudadanos castellanos sólo por su religión. Es realmente conmovedor. Y una no es para nada católica, pero estos detalles que intentan un acercamiento entre culturas que, sinceramente, nunca he visto de un católico a un musulmán, remueven los cimientos de todo prejuicio.

¡Pues claro que hay descerebrados que interpretan el Corán para su propio beneficio, distorsionándolo y enfrentando! Que dicen unas barbaridades inhumanas, como algunos católicos. Pero mi sensación es que no son la mayoría. Ni si quiera en países islámicos.

No quiero extenderme más en este post. Contaré más cosas que me han llamado la atención (¡muchas!) y me han hecho reflexionar durante estos días en El Cairo, pero sólo quiero evocar otra de las imágenes que más me impresionó: el entierro de cuatro personas al que asistimos por breves minutos (disfrazadas de Linterna Verde las mujeres). Ver casi a un centenar de hombres rezando, haciendo unos movimientos perfectamente coordinados, concentrados y entregados a ese momento espiritual, pero también físico. A nuestra derecha, dos niños de unos 7 u 8 años hacían lo propio entre dos ataudes. Y el sonido del Corán recitado por una profunda voz.


14 comentarios:

  1. ....y las pirámides son muy viejas y grandes (alguien tenía que dar el dato). En serio, esto te enseña a no hablar de lo que desconoces.

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  2. Ohhh! Qué ilu saber cositas de la boda de Drew, aunque sea de refilón, jejejeje!
    Me pasó algo parecido a lo que has vivido cuando estudié dos años en una escuela judía (no, no soy judía, fue cosa del destino).
    Como a ti, a mí tampoco me convence el papel de la mujer en el Islam, pero me gusta tu análisis.
    Besotes!

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    1. Jajaja, Drew va soltando cosas poco a poco... Espero que adjunte foto porque estaba espectacular, de verdad!
      A veces la vida se encarga de romper nuestros esquemas y nos enriquece como personas. ;) Ya nos enfrente a otras culturas, religiones o simplemente realidades.
      Besos!

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  3. Qué guay que hayáis ido, yo si no hubiera tenido la presentación de mi libro también hubiese estado allí.
    Lo de mirar a las mujeres como perros en celo tmb se da en RD y me da una rabia...

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    1. Lo hubiésemos pasado genial!Espero que el libro vaya genial, aunque ya leo que lo estáis mmoviendo mucho y bien ;)
      Obviamente, el papel de la mujer en nuestras culturas latinas también daría mucho que hablar... Besos!

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  4. Me ha gustado tanto... que te comento mañana. Hoy, con 3 horas de sueño en el cuerpo y tras haber pasado la mañana preparándonos como para una guerra, no me da para más!

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    1. ¿Te has recuperado ya corazón? No aparezcas mucho por aquí, qué tienes muchas cosas pendientes (y una revolución) y yo aún tengo muchas preguntas. :****

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    2. Pues pregunta, pregunta :-)

      En muchas cosas me recuerdas a mi cuando llegué. A mi nunca me despertó el rezo (en casa de M. se escuchaba mucho más bajo que en mi casa) pero ya sabes que me encantaba cada vez que lo escuchaba. Y también se me destrozaron muchos esquemas.

      Creo que la diferencia entre su acercamiento y el nuestro radica en una cosa que ya dijo Tarek: Nosotros nos creemos que somos opuestos, que ni siquiera hablamos del mismo Dios. Para ellos, somos complementarios. Textualmente "nosotros creemos en vosotros, pero vosotros no creéis en nosotros". Da que pensar.

      En cuanto al papel de la mujer, yo tampoco coincido, lo sabes. Pero me niego a victimizarlas, porque ni son tontas ni son débiles, y como tu bien dices, ahí está Y. para demostrarlo. Creo que el mote de "la mujer sin la cual no sobreviviríamos en Cairo" se lo tiene bien ganado.

      No me he recuperado, de hecho, volví de la playa con anginas. Pero estamos bien, relajados y centrados en lo importante ahora, que es ver por donde sale todo ésto.

      Espero más reflexiones, de hecho, las estoy deseando.

      Te quiero!

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    3. Conozco a muchas personas que me encantaría que fuesen 10 días a El Cairo. Ni si quiera pienso que sea cuestión de creer. Es más sencillo: basta con conocer y respetar.

      Respecto a las mujeres, claro que en general son cómplices. Con el sometimiento machista siempre hay una parte femenina cómplice que se aprovecha de la situación. Lo malo es que no dejan elegir a aquellas que no quieren ser ni cómplices, ni parte del sistema. El problema de la mujer, en general y en ka mayoría de países, es que tiene poca capacidad de decisión sobre su propia vida (aquí cada vez menos). Ya están los hombres con corbata decidiendo por todas nosotras por doquier. Pero esa es otra discusión... ;)

      Creo que ya lo he hecho, pero no está de más daros de nuevo las gracias a los dos. He crecido y sigo creciendo por vosotros :-) Y sí, seguiré escribiendo reflexiones del viaje, que traje unas cuantas ;)

      Os queremos!

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  5. Me encanta, seguiré leyendo tus posts sucesivos acerca de la experiencia Cairota :)

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    1. Puede usted aportar su experiencia. Sobre todo porque seguro que tú comprendiste más cosas ;)
      Besos

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  6. Excelente crónica. Estamos en agosto pero supongo que eso da igual. Una lectora fiel desde estos momentos. Besos.

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  7. Hola Joana, me alegro de que te haya gustado. Tengo que reactivar el blog porque aún me quedan cosas que contar de El Cairo, sobre todo en estos momentos.

    Un besazo y gracias!

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